11 agosto 2010

La supervivencia del más apto

No es novedad que internet está instalada en nuestras vidas. Están leyendo estas palabras porque esa tecnología, que apenas soñábamos tener hace diez años, ahora es parte de la vida cotidiana tanto como comer o hablar por teléfono. No es vital para el ser humano, la humanidad ha vivido perfectamente sin ella, pero sin embargo ahora se nos presenta imprescindible. ¿Cuántos resisten estar un día sin revisar la bandeja de correo electrónico? Pocos afortunados pueden estar al margen de esa necesidad.

Hace unos días Marcelo de Libreta Chatarra, publicó esta extensa pero necesaria nota (publicada en La Nación) sobre los libros y las nuevas tecnologías: una charla entre Umberto Eco y Jean-Claude Carrière cuyo tema central era una pregunta temerosa: ¿va a desaparecer el libro?

Desde que tengo uso de razón estoy rodeada de libros. Quizá no las mejores traducciones, quizá no las mejores ediciones, pero sí libros (y sobre todo clásicos, lo que afectó decididamente mi gusto por los autores previos a 1950 y lo que me cuesta aceptar el tono de la literatura contemporánea). La pregunta es, ¿puedo imaginar el mundo sin libros? 

Pienso en la distopía de  Fareheint 451 de Ray Bradbury, pienso en esa terrible visión del futuro en la que los libros eran quemados y donde los bomberos en lugar de apagar incendios, los provocaban. Imagen aterradora que a todos nos ha puesto la piel de gallina, porque nos recordaba lo más horroroso del fascismo. (en todas sus formas). Pienso, también, en Steve Jobs teniendo orgasmos (disculpen la imagen, disculpen por favor) ante cada nuevo Ipad que dice destronar al anterior, que dice cambiar el mundo tal como lo conocemos y que dice (sin decir) que el capitalismo no es más que una inmensa maquinaria que produce bienes que deberán ser tirados a la basura al año siguiente (y por bienes me refiero a Ipads, cantantes alocadas, autores best sellers o televisiones con tecnología LED, lo mismo da, todo es descartable) aceitada por la sangre de personas que no podrán siquiera acceder a esos Ipads por vivir en la miseria.

¿Desaparecerá el libro? Intento escribir este post y no sé qué pensar. Dicen que los nuevos aparatos para leer libros en formato digital (me da fiaca buscar en Google como se llama, curioso límite para Google, que todo lo sabe, la fiaca humana) son capaces de almacenar miles de libros en un solo objeto. Objeto que es producido por un sistema que va a provocar su obsolescencia en un año, cuando Steve Jobs nos muestre con un nuevo orgasmo (disculpen, prometo que es la última) un nuevo aparatito blanco que lo superará y que permitirá almacenar cientos de miles de miles de miles de libros digitales. Las grandes editoriales temblarán y buscarán readaptarse a los nuevos tiempos y publicarán re-re-re-re-re-reediciones de Crepúsculo (con prólogo de Coelho para la versión latinoamericana) tratando de encontrar nuevos mercados.

Lo extraño es que yo creo que ni siquiera esa es la verdadera pregunta. Lo que está en juego acá es otra cosa. Es el arte en sí mismo. Un libro no es una sucesión de datos digitales que puede ser fácilmente almacenados, andá a decirle eso a Tolstoi, a Shakespeare, a Borges. Un libro es otra cosa. Y esa otra cosa va a sobrevivir, de eso estoy segura, muy a pesar del capitalismo, de Steve Jobs, de J. K. Rowling, porque todos ellos no tienen la menor idea de qué es lo que uno hace cuando lee un libro. Esa otra cosa que hace que los libros sobrevivan en la historia de Bradbury. Esa otra cosa que ustedes, que sonríen al leer esto, saben bien qué es, pero que no lo vamos a decir, no sea cosa de andar avivando idiotas.

20 comentarios:

Sweet carolain dijo...

Priii y pliii. En este mundo que se nos escapa entre las manos como agua, en esta vida liquida, en un momento en que cosas estan y al ratito ya no. La plata, las relaciones, ahora los libros: todo es virtual. Nosotros sabemos que los libros no pueden, ni van a desaparecer. El olor de un libro viejo, la textura, el ruido de las hojas al pasar y, sobretodo, la persistencia de la presencia efectiva y la posibilidad de llevarlos y de consultarlos una y mil veces sin necesidad de un cargador, por ejemplo, los hacen necesarios. Muy.

Sweet carolain dijo...

Ves eso me pasa por usar la tecnologia, jajaajaj la blackberry duplica los comentarios jajaajaj

R.Galatea dijo...

Me encantó. Buenisimo!

CATTO dijo...

Hay un cuento que leí en la primaria, sobre un científico en un futuro zarpado (de esos de ropa plateada y coches voladores), que inventaba un elemento extraordinario. Un adminículo capaz de contar una historia, con una serie de características que no me voy a poner a enumerar por fiaca (factor clave para cualquier cosa). El tema es que al final del cuento, resulta que esa increible invención (spoiler mode on), era el libro.

(No recuerdo como se llama el cuento, google un poco, no apareció y desistí...)

En fin... los libros rulean, pero en honor a la verdad, soy el eslabon perdido entre la gente como vos, y la "generación que no lee libros" (que divina la Jelinek :P)

Besos.

Lu dijo...

Coincido con Bella y con Caro... La sensación de tener un libro nuevo entre las manos (y no en la pc) es incomparable y no la cambio por nada!

Cecil dijo...

Yo me imagino a mí misma en el futuro, como la viejita de Farenheit 451, la que se incinera con sus libros y apura un poco lo que podríamos llamar el 'despertar' de Montag. Precisamente, es este personaje el que se pregunta algo así como qué hay en los libros, que es capaz de hacer que alguien esté dispuesto a perder la vida por ellos.
Los libros no van a desaparecer y por suerte, la literatura, tampoco [porque la Literatura, como decía tu amado (?) Borges no está privativamente en los libros].
De todos modos, a mí me da un poco de tristeza pensar que, en ese futuro en el que yo me veo rodeada de muchos más libros, habrá gente que piense que puede tener lo mismo en un pequeño dispositivo.
Nunca será lo mismo. Sépanlo.

Muy buen post :D

Federico Gauffin dijo...

Gaby, mientras nosotros existamos, los libros van a seguir apareciendo.
Mucho iPad, mucho Kindle pero el olorcito de libro recién comprado no se reemplaza con nada, ¿no?
De todos modos, si el escenario fuera tan hostil para los lectores -como lo pinta Bradbury-, no me disgusta la idea de aprendernos los libros de memoria... Qué le vamos a hacer, soy un romántico, je.

REM dijo...

nada reemplazará al libro, ni por todas las cosas que ya enumeraron en comentarios anteriores, ni por el placer de revolver en las librerias la seccion de clasico y encontrar alguna joyita editada antes de que nacieramos.
El libro seguirá existiendo y el i pad, el e-book y todas esas cosas deberian aceptarlo CANEJO!

Living Dead dijo...

Es un debate muy vigente el que proponés. Mi aporte irá de la mano de dos ideas principales:

-Rara vez una tecnología superadora o un cambio de soporte obró como reemplazo, sino quizás como complemento -en mayor o menor medida- (teléfono-telégrafo-radio, pintura-foto-cine-tv y así hasta la tercera revolución tecnológica, la de las TIC). Argumento válido para el caso del libro, apoyado por la inigualable carga simbólica de éstos respecto de la historia de la humanidad.

-Los conceptos de "Aura" y de "poiesis", que hacen a la obra de arte única y diferente de su reproducción técnica y masiva.

Beso

Gaby Cuenteando dijo...

Caro: es así como vos decís, las cosas están y al ratito ya no :(, cuánta verdad hay en esas palabras. Los libros no desaparecerán, claro que no. Mil besotes amiga.

Gaby Cuenteando dijo...

Bella: es cierto eso, algo que parecía raro llegó a los libros con la fabricación de los best-sellers: el consumo de autores que publican cada determinado período de tiempo, libros que tienen venta asegurada. Y el arte dónde queda?

Beso!

Gaby Cuenteando dijo...

R. Galatea: gracias!

Gaby Cuenteando dijo...

Catto: me encantó el argumento del cuento, habrá que buscarlo :). Beso!

Gaby Cuenteando dijo...

Lu: tener un libro en las manos, mirar el índice, la contraportada, las hojas, sentir el olor del pegamento y la tinta... qué hermoso ♥.

Beso!

Gaby Cuenteando dijo...

Cecil: qué raro vos imáginandote incinerada con tus libros XD. El fuego y los libros tienen una relación extraña, pienso también en El nombre de la rosa de Eco y la fogata (?) final. Yo también creo como vos que algún día quizá no existan, pero no será lo mismo.

Beso!

Gaby Cuenteando dijo...

Federico: nada como ese olorcito, no? Y nada como la desesperación de ver la pila de libros que crece y crece y uno no tiene dónde ponerlos ;). Saludos!

Gaby Cuenteando dijo...

REM: o encontrar justo ese libro que buscás y tenerlo en las manos. O que un libro te enamore por la tapa solamente. Son tantas cosas...

Beso!

Gaby Cuenteando dijo...

Living Dead: es cierto, quizá el libro logre sobrevivir como lo ha hecho hasta ahora, al margen de la televisión, la radio o el cine. Y también es cierto y lo sumo a lo que dice Cecil: la Literatura sobrevivirá y eso es lo importante.

Saludos!

Marcela Calderón dijo...

Gaby querida: Chapeau! y.....
¡Aguanten los libros, carajo!
:D
(Sé que no estoy dejando un garn comentario, pero, la verdad, entre lo que escribiste y lo que comentan tus seguidores está todo dicho :) Aunque, nadie comentó tu exceso de orgasmos, que, a mi entender, le dieron el "touch"justo a este post...jeje. He dicho )

Gaby Cuenteando dijo...

Mar: muchas gracias! Che, viste que nadie mencionó ese detalle? En fin, mejor ajajaj! Besos y aguanten los libros!