El antagonismo del bien y del mal es un tema recurrente en la literatura fantástica. La lucha entre estas facciones puede venir de la mano de la religión (dios contra el diablo, la luz contra la oscuridad, ángeles versus demonios), o de la fantasía (la fuerza vs. su lado oscuro, la magia negra contra la magia blanca, las máquinas contra los humanos) y a veces el antagonismo es más profundo, subyace en la trama y no tiene representantes tan diferenciados, como el poder que corrompe y no a todos por igual. ¿Cuál sería la contracara del poder? Tal vez son muchas.
La literatura fantástica es, ante todo, creativa. Menospreciarla es desconocerla. Y no es fácil llevar la fantasía del plano de la imaginación al plano audiovisual, pero cuando se logra, es, valga la redundancia, fantástico.
Lo interesante de la literatura fantástica es que podemos quedarnos con lo que nos ofrece, e interpretar el mensaje sin alejarnos de los elementos que nos brinda. Pero también se puede hacer una segunda lectura: el contexto.
A riesgo de que Cecil me ponga un cero en literatura, continúo diciendo que a veces conocer el contexto de una obra fantástica nos puede ayudar para ampliar la visión de la historia. El contexto puede venir de una corriente, tomemos por ejemplo el romanticismo. El romanticismo es un movimiento artístico, cultural y político, del siglo XIX que impregna las obras literarias, las pinturas, las esculturas, la cultura en general y en particular. Surge como una reacción contra el racionalismo, que imponía reglas y estructuras. El romanticismo se conecta con una forma de concebir el mundo, la humanidad, los sentimientos, dejar de lado la razón y pasar por el corazón. Así, la literatura romántica está plagada de antihéroes, héroes trágicos, héroes incomprendidos, y nacen obras como Frankenstein y Drácula, obras fantásticas con sus visiones particulares del bien y del mal. El antagonismo está presente.
Y el contexto puede ser a veces más personal. Tomando de referente a un reconocido escritor de literatura fantástica, J.R.R. Tolkien, en una primera lectura podemos ver la lucha de las facciones antes mencionada en la obra El Señor de los Anillos, como el avance de la oscuridad sobre la Tierra Mieda, que destruye todo lo que tiene a su paso, el poder que busca más poder, el poder que corrompe a quién lo detenta, contra el bien que quiere proteger la vida, la naturaleza, la fraternidad, el amor, y todo aquello que haga que merezca la pena estar vivo.
El contexto de Tolkien es más significativo. Si bien este escritor es muy descriptivo, para algunos demasiado, la visión del avance de la oscuridad en forma destructiva viene de su propia visión, de haber visto como la revolución industrial acababa con campiñas, con paisajes verdes, para convertirlos en paisajes grises, urbanos, industriales, teñidos de hollín ocre del humo de grandes chimeneas, y por su vivencia en carne propia de la primera guerra mundial, donde se enroló como teniente segundo, especializado en lenguaje de signos, sirviendo como oficial de comunicaciones hasta que enfermó de la fiebre de las trincheras. El espanto de la guerra, de las masivas muertes en las trincheras, de la crudeza de lo ocurrido, se convierten en sus ejércitos de orcos asesinos de sus ficciones, sin que el autor pretenda hacer una alegoría de la guerra.
La lucha antagónica del bien y el mal de Tolkien es más humana a pesar del género fantástico, mostrando realidades universales a pesar de la fantasía, y no tiene formas precisas, no se pueden sintetizar en dos personajes centrales opuestos, porque la lucha está en cada uno de ellos, porque es interna, porque hay un mal que amenaza, y algunos personajes se dejan seducir, otros corren grandes riesgos de ser seducidos y se alejan, otros se corrompen fácilmente y se tientan, se obnubilan con el poder, otros pelean hasta la muerte para no dejarse llevar por el mal, y el mal que no lo ve todo, pero que quiere ver todo, a través de un ojo de fuego, a veces desvía la vista, por avaricia, porque el mal también seduce al mal, el mal quiere más y es ahí donde flaquea. En muchas obras el bien es blanco y el mal es negro, en cambio, en la obra de Tolkien, las caras del bien y del mal no están delineadas con contornos remarcados, no están tan definidas, pero son distinguibles, están omnipresentes, y latentes en los corazones de todos los personajes, como lo está en el género humano, y por lo que siempre tenemos opción.
14 comentarios:
PRIIIIIIIIII!
Muy buen post, Juli!
Es interesante ver en Tolkien que cada uno de los personajes tiene una lucha interna con ese "mal" que lleva dentro. Algunos son derrotados, como Gollum, algunos caen pero se redimen, como Boromir. El tema es elegir, no? El libre albedrío.
Beso!
me encanto julita!! congrats :D super claro tu post y didactico, obvio.
es verdad que en tolkien, los personajes son tentados por el anillo.. es como que tambien los buenos tienen que luchar contra su diabillo interior! claro que a algunos los vence :D
ohohoh mencantó.
besos oh julita
oh, julia, no le voy a poner un cero, porque me gusta mucho más poner unos :P
decía [?], conocer el contexto, en muchos casos, le agrega claramente un plus a la interpretación de ciertas obras. ha dado en el clavo con la presentación de un tópico que puede leerse/ verse en toda la literatura y en el cine.
ahora, me atrevo a señalar una pavadita técnica: si tomamos como parámetro de clasificación la relación que un obra tiene con la realidad, los textos pueden ser realistas, fantásticos y maravillosos.
En los fantásticos, hay una tensión generada por la introducción de algún elemento extraño, que finalmente se resuelve dentro de la lógica de lo que llamamos 'mundo real'. Casa tomada es un ejemplo de esto.
Ahora, cuando el mundo narrado se rige por reglas que no podrían tener lugar en el 'mundo real', los textos pertenecen al género maravilloso, como los de Tolkien.
En la cotidianidad, tendemos a llamar literatura fantástica a toda la que no sea de corte realista, por eso quería hacer la aclaración.
muy buen post!
besos
pd: si no consigo trabajo, me voy a poner pesada con las explicaciones :P
Me gustó mucho la forma en que planteaste el posteo... además justo estoy viendo el romanticismo, así que me viene como anillo al dedo.
También te agradezco el análisis de "El señor de los anillos", porque esa película nunca la vi y siempre la mencionan, pero ahora comprendo mejor de qué trata.
Mirála vos a la Shuls hablando de literatura, robándole cámara a Cecil.. muejejeeee... (cizañera)
Fuera de broma: muy buen post, Julita. :)
Gaby, muchas gracias =)
Oh, si, concidimos. El libre albedrío.
Sweet, oh, muchas gracias. Alégrome que le haya encantando.
Besos
Cecil, gracias por iluminarme con esto de los textos "Maravillosos", no conocía esa clasificación.
¿Me va a poner un uno por no saberlo? Pero mire que exigente.
Aunque me quedé un poco tranquila cuando dijo "dio en el clavo" y "muy buen post", que alivio :P
Usted siga señalando pavaditas técnicas así aprendemos, y no se pone pesada, quédese tranquila =)
Besos
Bella, oh, que una fan de Tolkien me diga que no podría haberlo descripto mejor, es muy bueno =)
Espero que no lo digas porque sos mi amiga :P
Gracias
Menna, en realidad no hablé de la película, hablé del libro =P
Me alegro que te haya gustado y de que te sirva. Ahora, vos que le huís a lo fantástico, podrías meterte un ratito en la literatura "maravillosa" como aclaró Cecil, y descubrir que está muy buena, igual que el realismo mágico. Por ahí te gusta.
Besos
Marce, todas las chicas hablaron de cine, y yo les avisé, lo siento, si hablan de cine yo me metó en sus terrenos, que tanto jajajaja
Nah, mentira, acá hay libertad de posteo, mientras tengamos algo interesante para decir
Besos
Y catorce
Saludos!!!
Te invito a mi nuevo blog http://mandamientosdementira.blogspot.com/
Fran
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