Leer a Lewis Carroll no es fácil, creo que evocaré a la niña que leyó sus libros y no a la adulta que vuelve a ellos razonando. Mi primera lectura de Lewiss Carroll fue Alicia tras el espejo (Through the looking-glass and what Alice found there). Era una edición de la colección Billiken, la de la editorial Atlántida que tenía la contraportada roja con un resumen del libro y que solían ser versiones sospechosas por sus recortes o traducciones. Alicia tras el espejo venía ilustrada por Aniano Lisa, nunca olvidaré ese nombre por lo extraño, quien ilustró varios de los libros de la colección Billiken. Eran unas ilustraciones modernas, muy alejadas del clásico vestidito celeste de Disney y que yo pasaba varias horas mirando. Tendría unos diez años cuando leí la historia por primera vez, probablemente un verano caluroso y aburrido de esos que tiene Buenos Aires, con los amigos lejos y nada por hacer durante tres meses. La misma sensación cuenta Alice Liddell, la niña que inspiró a Alicia:
Creo que el principio de Alicia nos lo contó una tarde de verano en la que el sol quemaba tanto que tuvimos que poner pie en tierra en medio de los prados del camino de vuelta, abandonando la barca para refugiarnos en el único trozo de sombra que pudimos descubrir, el cual se encontraba bajo una hacina de heno recién cortado. Fue allí que llegó de las tres (hermanas Lidell) la habitual petición: "Cuéntenos una historia", y así empezó el cuento deliciosamente inmortal".
Hay algo de levedad en las historias de Alicia, para disfrutarlas, uno debe dejarse llevar por las palabras, los juegos de apariciones y desapariciones, las arbitrariedades y la magia. Leer a Lewis Carroll es como si uno intentara, ahora que es adulto, comprender ese instante en el que una escoba se convertía en caballo. Podemos ver una escoba, podemos recordar que la usábamos para cabalgar por el fondo de jardín, golpeando detrás nuestro como si fuera la grupa de un caballo. Pero nos es mucho más difícil, recordar justo ese momento en el que la escoba no era una escoba, el preciso instante en el se atraviesa el espejo y estamos arriba de un caballo galopando a toda velocidad por alguna llanura.
Las Alicias de Lewis Carroll (confieso que prefiero Tras el espejo a la primera) nos llevan de la mano, creo que no a soñar, sino a jugar. ¿Dale que vos eras la reina de corazones y me cortabas la cabeza? ¿Dale que recitábamos poemas locos con palabras inventadas? ¿Dale que nos reímos de todos y nos coronamos reinas? ¿Dale que nos asustábamos tanto hasta sentir miedo y de repente dejábamos de jugar así ya no nos asustábamos?
Los dos maravillosos libros de Lewis Carroll encierran eso que se pierde cuando uno es adulto, quizá por eso nos resultan tan extraños y tan fantásticos al mismo tiempo, al menos para quienes los adoramos. Cuanto más crecemos, en edad y en experiencia, cuanto más vivimos, nos alejamos del juego, precisamente porque no se juega a vivir, simplemente se vive. Pero Lewis Carroll nos ha dejando la oportunidad de volver a recordar el momento en el que la escoba se convierte en caballo. Solo hay que animarse a atravesar el espejo.
18 comentarios:
Qué lindo post. Si bien leí Alicia de grande, me dejé llevar por la magia que propone Carroll.
Ahora quiero una mejor versión que tengo del primero, que es bastante chota, para releerlo.
Besos
Que hermosas palabras, Gaby!! Me encantó.
Creo que autores como Carroll, capaces de crear todo un mundo mágico y hacerte respirar en él tiempo después de acabar la lectura, son pocos, difíciles de encontrar y más aún de olvidar.
Julia, conseguíte, si podes, las ediciones de Akal, que son preciosas y están bien traducidas. Incluso editorial Debolsillo! sacó una re-edición muy linda cuando salió la película.
Besos!!
ayyyyyy gaby! qué calidad tenes para escribir!!!!! deberias dedicarte a eso me parece, eh :) lalalalala.
el post me parece genial, y estoy plenamente de acuerdo, lewis nos recrea un mundo que, desde nuestros ojos, parece muy lejanos, sin embargo, cuando uno se adentre en él parece que el tiempo volviera hacia atras. Excelente.
besos oh gaby!
Otra admiradoraa de tu escritura, Amigaby (Besha me robó el apodo ...grrrr...sin permiso).
Excelente post. Me encantó.
Bella: ¡me alegra que te haya gustado el post! Así es Lewis Carroll, hay que tomarlo o dejarlo.
Beso!
Julia: dale, conseguite una mejor versión, que leer a Carroll en una mala traducción puede ser horrible.
Beso!
Maguita: ¡qué lindo tenerte por acá! Carroll es así, es mágico, es hermoso leerlo.
Beso!
Caro: ajajaja, me la voy a terminar creyendo, eh XD. Me alegra que te gustara el post.
Beso!
Marcela: ajaja, bueno, bueno, las dos pueden llamarme amiGaby y listo XD. Muchas gracias por los elogios.
Beso!
ME ENCANTO el post!!!!!!
Pero... ¿desde cuándo la escoba ha dejado de ser un caballo? :O
Muy buen post :)
Es una pena que las lecturas de los niños posmodernos no perciban nada de esto en Alicia. No quiero ni pensar qué vejez nos espera, en manos de catervas de espónjidos que logran percibir nada en Carrol.
Besos!
Alice refleja y reflejará siempre lo que fue mi infancia.. llena de pasadizos raritos, personajes bizarros y hasta temibles, y toda una historia retorcida de diversion y extrañas dudas.
LO MEJOR.
Tendré que sacar tiempo para el juego, si no se me ha olvidado jugar...
Excelente
Lu: me alegro mucho! Gracias por pasar.
Cecil: oh, estos niños posmodernos. No sé si sea culpa de ellos, los que los educamos deberíamos brindarles más variantes. Es tooooooodo un tema para debatir.
Beso!
Zeithgeist: ajaja, tremenda infancia tuviste. Gracias por pasar!
Flac_k: ojalá no se te haya olvidado jugar. Beso!
Me gustó mucho mucho mucho. En serio te acordabas el nombre del dibujante?????. Cuando vi el link, se me vinieron todas las imágenes juntas. Gracias Gaby!
vero
www.historiasdetrenes.blogspot.com
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