26 julio 2010

Etica de una Doble Moral

A la luz de la aprobación de la nueva Ley de Matrimonio Igualitario, en estos días, hemos escuchado y leído infinidad de opiniones, pero ¿qué pasa cuando las convicciones personales interfieren con nuestras obligaciones profesionales? ¿cómo actuar cuando éstas convicciones son más fuertes que nuestra vocación?

Ante todo, es cierto que uno como profesional debería ser eso: profesional, y que parte de serlo es intentar ser objetivo. Sin embargo también es cierto, que no se puede ser 100% objetivo y que las apreciaciones personales tiñen nuestras decisiones profesionales.

Ahora bien, si una persona ejerce su profesión de manera liberal, de pronto, puede darse el gusto de elegir. Así, por ejemplo, un Contador, podría elegir qué tipo de clientes tener, o un carpintero podría seleccionar sus trabajos.
Pero cuando un profesional no trabaja con abstracciones o con objetos, sino con personas, ¿puede darse el lujo de elegir? Y si de hecho lo hace porque trabaja de manera independiente, ¿puede hacerlo cuando depende de un Organismo Público, como puede ser un Médico, un Juez, un Psicólogo, un Policía o un Maestro?

Para responder esta pregunta supongamos que un Profesor no quiere darle clases a un alumno por su condición sexual. O que un Policía decide no defender a un ciudadano por el mismo motivo. Qué tal si una Jueza de Paz, declara que no acatará la ley, al no casar parejas del mismo sexo, porque va en contra de sus creencias. O si, del mismo modo, un Médico Cristiano decide no atender homosexuales porque sus creencias religiosas no se lo permiten.

Hasta ahí uno podría decir, que son personas con convicciones personales muy fuertes. Ahora, si ese paciente corre riesgo de vida, ¿de qué modo debe actuar el Médico? ¿Acorde a su juramente Hipocrático o acorde a sus creencias religiosas?

Del mismo modo para un Psicólogo ¿es válido el argumento de la Ética al derivar pacientes por su condición sexual? Es decir, porque uno y sin tener un correlato científico, cree que los homosexuales son enfermos.

Yo creo que no. Sobre todo, si ese médico, ese juez, ese psicólogo, forman parte de un Organismo Público, como lo son un Juzgado de Paz o un Hospital. ¿Acaso los homosexuales están exentos de pagar los sueldos, de esos Jueces, Psicólogos, o Médicos, a través de sus impuestos?
No sólo no hay justificación Etica sino que, además, es completamente discriminatorio. Si las creencias personales, impiden a un profesional cumplimentar sus tareas, entonces, como mínimo, debería dejar de ejercer en la instancia Pública, y dedicarse a lo privado.

Después de todo, en el caso puntual de un Psicólogo, está claro que la contratranferencia que se produce en el Profesional, ante un paciente X, debería ser objeto de tratamiento, para el propio psicólogo con su Analista. Nunca se puede pensar que derivando a TODOS los pacientes que nos generen algún tipo de incomodidad, únicamente, se soluciona el caso. Sobre todo, si nos pasa CON TODOS los pacientes, por ejemplo, homosexuales. O con todos los pacientes, por ejemplo, Judíos, o con todos los pacientes, por ejemplo, de raza negra.

En ese caso, me parece que amparados en una Etica dudosa, estamos extralimitándonos en el uso de ésta y de las derivaciones. Creo que la cuestión tiene que ver más con un prejuicio de uno, que con el discurso del Otro. Y como psicólogos, desconocer eso, es un error garrafal.

En cualquier caso, sentenciar que una persona por su elección sexual está enferma, cuando no hay estudios científicos que lo prueben, [porque vamos, hace cuantos siglos están dando vueltas con el tema de la desviación, de la perversión y de la enfermedad], sobre todo, cuando quien lo dice es un Profesional de la Ciencia, a mi entender, no está bien. Porque entonces deberíamos volver al Medioevo en dónde se quemaba a las brujas y listo. No le demos importancia a los avances de la ciencia.

Desde éste punto ¿quién tiene el derecho de decretar que otro es un enfermo?
Me parece que lo peligroso acá, son los dobles discursos. Esos en dónde en nombre de Dios y la Religión se daña a otras personas, o se los privas de sus derechos.

Como dice el dicho, ‘son más peligrosos los idiotas, que los hijos de puta’. Porque uno sabe qué esperar de los últimos, pero de los primeros no.
Si alguien se asume como Homofóbico o como xenófobico, uno sabe a qué atenerse y hasta le da lugar a reaccionar mediante el repudio, pero de quienes andan por la vida sin darse cuenta de lo que verdaderamente son, es difícil saber con qué se va a topar, y es muy difícil también, repudiar, porque puede confundirse con intolerancia.

Yo, personalmente, creo que no todas las posturas son respetables. Tal vez ustedes me tilden de intolerante, y sí, a veces hay que ser intolerante para ‘denunciar’ las injusticias. Porque no siempre es tan fácil respetar a quienes no respetan.



19 julio 2010

La tentación melancólica

Si fuera poeta, le cantaría a la lluvia. Pero la vida solo me ha concedido poder organizar una cantidad de palabras en prosa y poco más. Estos días de lluvia, amados por algunos, odiados por otros, tienen un matiz especial: ofrecen el placer de la melancolía.

De todos los males de este mundo, de todas las sensaciones desagradables que debemos sufrir a diario, la melancolía es una de las más placenteras. Silvio Rodríguez dice "oh, melancolía, amante dichosa, siempre me arrebata tu placer" en esa suerte de oleaje hecho canción que es Oh, melancolía. La melancolía es gozar del dolor de haber perdido. Y como todos siempre estamos perdiendo algo, la melancolía nos tienta a todos a asomarnos al abismo de la pérdida, a rozar una vez más, aunque sea con la mente, despojados de un cuerpo que es todo ansia, eso que se tuvo alguna vez y que ahora no es más que un fantasma.

La melancolía es tentadora, arrebatadora. Días de lluvia como el de hoy nos obligan a mirar por la ventana, ver todo gris, todo mojado, todo frío. Como los ojos no quieren descansar en la ausencia de belleza, se van hacia alguna belleza con forma de fantasma que ande acechando en las hoquedades del recuerdo. Eso tan bello que se tuvo y que ahora no está. La lluvia es la manzana de la melancolía, solo hay que morderla, y uno al instante se encuentra chapaleando en el barro de las cosas que ya no están. Cada uno sabe qué es, no hacen falta enumeraciones.


La melancolía, casi como todo placer, nos arroja al abismo. La muerte está a la vuelta de la esquina, sonriendo con ojos de soledad. Asomarse a ese abismo es como mirar desde una altura descomunal, como viajar a 300 km por hora, como comer hasta reventar. Es empujar el límite, desafiarlo, hacerle frente y salir victorioso. O no.

A veces la tentación melancólica triunfa, y sigue lloviendo, aunque sonría como un idiota el sol.

14 julio 2010

Películas para chicos grandes

Hace muchos años la animación dejó de ser cosa de chicos. Reformulo: hace ya muchos años la animación dejó de dirigirse al público infantil, al menos aquella animación que no provenía de Hollywood. Si bien Disney, en mi opinión, es muy cuestionable en ciertos mensajes que le legaron a los “bajitos”, sus argumentos estaban claramente encaminados para menores de edad. Pero del otro lado del charco las historias animadas se fueron haciendo más complejas y para un público más variado. En Japón el animé empezó a atrapar a niños, a jóvenes y a adultos, y cuando llegó a occidente tuvo el mismo efecto. Tal fue el caso de Robotech, serie con base japonesa, pero comprada y capitalizada por un productor de Estados Unidos (Carl Macek le compró los derechos a Chō Jikū Yōsai Makurosu), que supo mantener la esencia del animé japonés y contaba, en un marco de un futuro donde desbordaba la ciencia ficción, las aventuras de combates, invasiones de alinígenas, personajes temibles y entrañables, con el marcado protagonismo de Rick Hunter, fachero (?) e  histérico si los hay, que no se decidía entre el amor de Lynn Minmei o Lisa Hayes. El paso de Heidi a Robotech fue abismal. Claro, no había visto el resto del animé que provenía de Japón. Hasta que de pronto, me topé con Cobra, un animé que traía una cantidad inusitada de imágenes sexuales, muy eróticas, en manos de un protagonista rebelde, inescrupuloso y apuesto pirata intergaláctico. Años después me enteré que el creador, Osamu Dezaki, se inspiró en un personaje de Jean Paul Belmondo. Y el animé japonés finalmente invadió las pantallas occidentales con todos lo animé que conocemos trayéndonos mucho más que animación: excelentes historias.

En los últimos tiempos la archiconocida productora Pixar se encargó de darle una vuelta de rosca a la animación hollywoodense, más precisamente a Disney y nos deleitó con obras magistrales, entre ellas Bichos (a.k.a A Bug's Life), Toy Story, Finding Nemo, Monster Inc, Wall-E, y a pesar de que Disney la compró en 2006, Pixar siguió demostrando su gran capacidad para contar historias, que pareciera que son para chicos, que los chicos disfrutan, pero que tienen muchos mensajes y contenidos para adultos.

Para adultos también empezó a animar Tim Burton. En su primer corto, Vincent, se ven las intenciones de Burton de animar con un trasfondo más oscuro, como lo hace con Nightmare Before Christmas y Corpse Bride, por poner un par de ejemplos.

Hayao Miyazaki siguió haciendo su magia japonesa para maravillarnos con películas como El viaje de Chihiro, El increíble Castillo Vagabundo, Mi vecino Totoro, La princesa Mononoke, Ponyo en el Acantilado y otras grandes obras, películas que conmueven y movilizan los corazones de los adultos, además de los jóvenes.

Muchas películas animadas son realizadas especialmente para adultos, provienen de distintos lugares del mundo, y están desarrolladas con diferentes técnicas de animación. A modo de recomendación vamos a pasar por algunas de ellas:

Mary and Max, es una comedia de humor negro, de origen australiano, animada en stop-motion, técnica que consiste en aparentar el movimiento de objetos estáticos capturando fotografías. La película está basada en una historia real, sumamente conmovedora, de una niña de 8 años Mary, que vive Melbourne (Australia), quien construye una relación de amistad epistolar con Max, un obeso mayor de edad, que sufre el Síndrome de Asperger, y que vive New York. Las voces de los famosos Philip Seymour Hoffman, Eric Bana, Toni Collete y Barry Humprhies coronan esta obra de arte.


Persépolis, película de origen francés, nos cuenta de una manera impecable y bella, la vida autobiográfica de Marjane, una niña iraní que crece en pleno fundamentalismo islámico, desde la revolución islámica hasta nuestros días. Cuando los fundamentalistas toman el poder forzando a las mujeres a llevar velo y encarcelando a miles de personas, Marjane se hace adolescente, descubre el punk, ABBA y a Iron Maiden, mientras vive el terror de la persecución del nuevo gobierno y la guerra de Irán e Irak. Para preservarla sus padres la envían a Europa, donde puede comparar otras culturas, otras religiones, a cambio de experimentar la soledad. La animación es muy simple, dibujos basados en la historieta autobiográfica homónima, novela gráfica, escrita e ilustrada por Marjane Satrapi. Cabe destacar además el bellísimo Soundtrack.

Renaissance, coproducción de Francia, Reino Unido y Luxemburgo. En un futuro postapocalíptico, en la distópica París de 2054, los movimientos son monitorizados, grabados, y controlados por una poderosa empresa, Avalón, que promete juventud y belleza. La técnica utilizada es la de captura de movimiento y computación gráfica, que consiste en capturar a través de ropas los movimientos de los actores, y luego las escenas son digitalizadas y trabajadas con técnicas de 3D y efectos especiales de postproducción para lograr la apariencia final. El film íntegro es en blanco y negro.

Waking Life, de origen estadounidense. El título hace referencia a la máxima de Jorge Santayana:"sanity is a madness put to good uses; waking life is a dream controlled" , en español: "la cordura es una locura que se usa para bien; la vida despierta es un sueño controlado". Es un film animado mediante la técnica de rotoscopia: la película fue filmada completamente en video digital para luego ser editada por un grupo de artistas mediante el uso de computadoras. La técnica permitió dibujar líneas estilizadas y colores a cada fotograma, acompañando la historia del personaje central que vive soñando o sueña despierto, viviendo en un estado permanente de sueño lúcido en donde lo onírico se mezcla con la realidad y se cruzan reflexiones profundas con charlas superfluas, y se tocan temas trascendentales desde la filosofía, el existencialismo y  las relaciones interpersonales.

The Secret of Kells, bellísima película irlandesa, con increíbles dibujos, llenos de detalles y colores muy originales, pero que me recuerdan a libros de cuentos infantiles de los setenta, que nos narra la historia de Brendan, un joven monje de 12 años, que vive en una remota abadía fortificada de Kells, en la Irlanda del siglo IX. Con los otros hermanos ayuda a construir una muralla para proteger la abadía de los asaltos de los vikingos, hasta que comienzan las aventuras cuando llega un maestro a la abadía con un mágico libro por acabar. También se destaca la banda sonora.

The Fantastic Mr. Fox, película estadounidense, que llega de la mano de Wes Anderson, con un repertorio de lujo en las voces George Clooney, Meryl Streep, Jason Schwartzman, Bill Murray, Michael Gambon, Willem Dafoe, Owen Wilson, entre otros. El film esta basado en el libro homónimo best-seller para niños de Roald Dahl (pero insisto que no es para niños) y utiliza técnica de la animación de toma fija para narrar la historia, que según dice la sinopsis, trata de la vida correcta de El Sr. Fox y su familia, que luego de doce años de tranquila vida doméstica, la existencia bucólica resulta demasiado para los instintos animales del Sr. Zorro, que ansía regresar a su vieja vida como un taimado ladrón de gallinas y al hacerlo pone en peligro, no solo a su amada familia, sino también a toda la comunidad animal. Atrapados bajo de la tierra, sin alimento suficiente para repartir, los animales empiezan por unirse para luchar en contra los malvados granjeros (Boggs, Bunce y Bean) quienes están determinados a capturar al audaz Sr. Zorro a cualquier precio. Excelente y original animación para una genial historia. Mucho humor y buena música.

Les triplettes de Belleville (a.k.a. Las trillizas de Belleville), brillante film francés, obra del dibujante e historietista francés Sylvain Chomet. Los dibujos son únicos, muy originales, y la historia se describe a través de ellos. Casi sin diálogos, sólo color, ritmo, canciones de jazz, y mucha magia, el film nos narra sin voces las desventuras de un ciclista, la lucha de su abuela Madame Souza que sigue su pista, con la compañía de un perro torpe y soñador, Bruno. En Belleville se encontrarán con las trillizas, un trío de avejentadas hermanas musicales, encantadoras y  jóvenes de espíritu. Increíble película que en su estética no puede ser más francesa (y ya saben que los prejuicios sobre el cine francés me los dejan en la mesa de entrada).

Hay más películas animadas de las que quisiera contarles, pero ya es la hora de la leche  (chocolatada) y se me está haciendo tarde para ver los dibus. ¿Será que yo no crezco?
Esto es to to to dooo amigos.