29 marzo 2010

Alicia, Matrix y su relación con el cuerpo

La Alicia de Carroll ha inspirado, a lo largo de los años, muchísimas creaciones artísticas: desde pinturas, poemas, hasta video clips. Sin embargo, lo que encuentro más interesante es la versión post moderna de Alicia en el País de las Maravillas: The Matrix.
Más allá de las similitudes que aparecen en las tramas, es interesante, ver las similitudes que pueden encontrarse desde lo psicológico.
Para eso, hablaremos de ambos films y su relación con el cuerpo y cómo está concebido.

En matrix Neo se nos aparece como un objeto más, desechable, entre todos los objetos que lo acompañan en el cuarto en dónde está. Un objeto solitario, que no hace lazo social con nada, está aislado. Esto lo mantiene lejos de ser un Sujeto de Deseo. Es simplemente un agente más del Discurso Capitalista. Sin embargo, es la entrada de Trinity con su ‘Despierta Neo… sigue al conejo blanco’ lo que lo orienta hacia lo que realmente debe hacer. Es ahí cuando el sale del lugar del UNO, del Elegido, para introducirse en el lugar de sujeto al seguir ‘el deseo del otro’, en este caso Trinity.
Entonces, es aquí que se nos aparece una mujer, Trinity, creando un hombre, Neo. A partir de su aparición el logra crear un lazo, y entrar en el discurso común. Podríamos decir, que en éste punto, nace.
Es ahí que se topa con Morfeo, quien aparece como portador del Discurso de ese Otro Significativo. Es él quien ahora tiene la verdad.

Neo, a partir de aquí no deja de preguntarse Qué es la Matrix. La respuesta a esa verdad la tiene Morfeo, quien le dice en una parte ‘La Matrix es el omnivoyer, el otro que nos mira aunque no lo veamos`. Y agrega ‘Es el mundo con el que han sido vendados tus ojos para cegarte frente a la verdad, de que eres un esclavo’

Matrix es lo que el Otro Simbólico, el orden virtual, la red que estructura la realidad para nosotros. Es, sin más, el lenguaje. Nuestra realidad está estructurada en letras, palabras, cadenas de letras que representan a Matrix en las pantallas de las computadoras, el Otro como cuerpo.
Neo, en un momento dado, antes de entrar a hablar con la Pitonisa, se nos aparece mirándose al espejo y detrás suyo, aparece Morfeo, sosteniendo esa imagen.
En otra escena, tambien mirándose en el espejo, su imagen aparece fragmentada. Aquí se da un efecto de despersonalización, que le genera terror.
Luego Neo toca su imagen, y en el momento en que lo hace, se desvanece la imagen especular del espejo que cae en su imagen real. Aquí puede verse el recorrido detrás del espejo. La distancia necesaria entre lo que Neo es, y lo que cree ser, desaparece.
Por último, en un momento, vemos cómo el protagonista es castrado, [no literalmente], y dentro de un huevo - placenta, mira como su cuerpo es agujereado por Matrix.


Eso hace el lenguaje en todos nosotros. Nos atraviesa. Nos permite nombrarnos en tanto cuerpos. Nuestro cuerpo se construye desde ese lenguaje que nos estructura. Un cuerpo, conscientemente fragmentado, siempre trauma. El encuentro con lo real, diría Lacan, aterra.

Ustedes dirán qué punto de conexión tiene Matrix con Alicia, bien. En Alicia, vemos a la protagonista, sufrir varias metamorfosis: su cuerpo se agranda, se achica, etc.
En ella, el cuerpo que habla es el cuerpo de la pubertad. Los cambios que se producen en esa edad, están exagerados y son evidentes a lo largo del film.

En Alicia entonces, vemos el cuerpo real y sus cambios, en primera plana. Mientras que en Matrix es el cuerpo imaginario el que se nos aparece como real. Es decir, el cuerpo que se construye desde el lenguaje.
A Alicia, a diferencia de Neo quien va en busca de la verdad toda, la verdad única para todos nosotros, se le aparece una verdad a medias, la verdad del sinsentido, lo no dicho es lo que la guía a lo largo de su aventura.

Para terminar voy a hacer una aclaración: en el llamado ‘Estadío del espejo’ ese momento en el que, entre otras cosas, el niño al mirarse en un espejo se reconoce, y aparece otro, el otro que simbólicamente, asiente y da el ok, digamos, diciéndole al niño que sí, que quien está del otro lado del espejo es efectivamente él. En ese momento, el niño ve una imagen de su cuerpo completo, sin faltas. Pero la realidad es que a esa edad y en rigor, siempre, ningún niño puede estar completo en términos, no biológicos, sino psicológicos. Es decir, el cuerpo se le adelanta al yo [a.k.a a la conciencia] y a la capacidad interpretativa del niñito. Porque, en verdad, somos tan frágiles y vulnerables que necesitamos una de las gestaciones mas largas del reino animal, para estar listos y enfrentar al mundo. [A medias, dado que necesitamos de muchisimos cuidados durante largos años, y durante el resto de nuestras vidas necesitamos de un otro que nos contenga, no como el resto de los animales que, en su gran mayoría, al nacer ya pueden valerse por sí solos].
Es esta falsa sensación de completud, la que nos permite vivir, sin ahogarnos en un mar de angustias.

Por eso, todo lo que le pasa a Neo y tambien a Alicia, es en algún punto algo que, a otro nivel, nos pasa a todos a lo largo de nuestras vidas. Una lucha incansable entre lo que somos, lo que queremos ser, y lo que parecemos.


Sí, lo sé, es un post largo y complicado, pero me pidieron psicoanálisis, así que lean, carancho.

22 marzo 2010

La escoba y el caballo

Leer a Lewis Carroll no es fácil, creo que evocaré a la niña que leyó sus libros y no a la adulta que vuelve a ellos razonando. Mi primera lectura de Lewiss Carroll fue Alicia tras el espejo (Through the looking-glass and what Alice found there). Era una edición de la colección Billiken, la de la editorial Atlántida que tenía la contraportada roja con un resumen del libro y que solían ser versiones sospechosas por sus recortes o traducciones. Alicia tras el espejo venía ilustrada por Aniano Lisa, nunca olvidaré ese nombre por lo extraño, quien ilustró varios de los libros de la colección Billiken. Eran unas ilustraciones modernas, muy alejadas del clásico vestidito celeste de Disney y que yo pasaba varias horas mirando. Tendría unos diez años cuando leí la historia por primera vez, probablemente un verano caluroso y aburrido de esos que tiene Buenos Aires, con los amigos lejos y nada por hacer durante tres meses. La misma sensación cuenta Alice Liddell, la niña que inspiró a Alicia:

Creo que el principio de Alicia nos lo contó una tarde de verano en la que el sol quemaba tanto que tuvimos que poner pie en tierra en medio de los prados del camino de vuelta, abandonando la barca para refugiarnos en el único trozo de sombra que pudimos descubrir, el cual se encontraba bajo una hacina de heno recién cortado. Fue allí que llegó de las tres (hermanas Lidell) la habitual petición: "Cuéntenos una historia", y así empezó el cuento deliciosamente inmortal".
Hay algo de levedad en las historias de Alicia, para disfrutarlas, uno debe dejarse llevar por las palabras, los juegos de apariciones y desapariciones, las arbitrariedades y la magia. Leer a Lewis Carroll  es como si uno intentara, ahora que es adulto, comprender ese instante en el que una escoba se convertía en caballo. Podemos ver una escoba, podemos recordar que la usábamos para cabalgar por el fondo de jardín, golpeando detrás nuestro como si fuera la grupa de un caballo. Pero nos es mucho más difícil, recordar justo ese momento en el que la escoba no era una escoba, el preciso instante en el se atraviesa el espejo y estamos arriba de un caballo galopando a toda velocidad por alguna llanura. 

Las Alicias de Lewis Carroll (confieso que prefiero Tras el espejo a la primera) nos llevan de la mano,  creo que no a soñar, sino a jugar. ¿Dale que vos eras la reina de corazones y me cortabas la cabeza? ¿Dale que recitábamos poemas locos con palabras inventadas? ¿Dale que nos reímos de todos y nos coronamos reinas? ¿Dale que nos asustábamos tanto hasta sentir miedo y de repente dejábamos de jugar así ya no nos asustábamos?

Los dos maravillosos libros de Lewis Carroll encierran eso que se pierde cuando uno es adulto, quizá por eso nos resultan tan extraños y tan fantásticos al mismo tiempo, al menos para quienes los adoramos. Cuanto más crecemos, en edad y en experiencia, cuanto más vivimos, nos alejamos del juego, precisamente porque no se juega a vivir, simplemente se vive. Pero Lewis Carroll nos ha dejando la oportunidad de volver a recordar el momento en el que la escoba se convierte en caballo. Solo hay que animarse a atravesar el espejo.

16 marzo 2010

Cuando el sinsentido adquiere sentido

Nonsense literalmente significa "sin sentido" y es un recurso literario para incorporar el absurdo en base a palabras inventadas y del juego de palabras. Unos de los mayores exponentes del nonsense de la literatura inglesa es y fue Lewis Carroll, el mítico autor de Alicia en el país de las Maravillas y Al otro lado del espejo, y lo que Alicia encontró allí. En el segundo libro incorporó un poema, quizás el más célebre del nonsense inglés llamado Jabberwocky, título que Carroll toma del verbo "to jabber" que significa "hablar de forma incoherente".
De las distintas traducciones imposibles, porque se pierde el nonsense inevitablemente en la traducción, elegí la que aparece en la edición que tengo de Al otro lado del espejo. En inglés, a pesar del sinsentido, se respeta la estructura rítmica y gramatical de la poesía inglesa clásica.

Jerigóndor

Cocillaba el día y las tovas agilimosas
giroscopaban y barrenaban en el larde.
Todos debirables estaban los burgovos,
y silbramaban las alecas rastas.

¡Cuíudate, hijo mío, del Jerigóndor,
que sus dientes muerden y sus garras agarran!
¡Cuídate del pájaro Jubjub, y huye
del frumioso zumbabadanas!

Echó mano a su espada vorpal;
buscó largo tiempo el manxomo enemigo,
descansó junto al árbol Tumtum,
y permaneció tiempo y tiempo meditando.

Y, estando sumido en irribumdos pensamientos,
surgió, con ojos de fuego,
bafeando, el Jerigóndor del túlgido bosque,
que burbulló al llegar.

¡Zis, zas! ¡Zis, zas! ¡Una y otra vez
tajó y hendió la hoja vorpal!
Cayó sin vida, y con su cabeza
emprendió galofante su regreso.

¿Has matado al Jerigóndor?
Ven a mis brazos, sonrillante chiquillo.
¡Ah, fazoso día! ¡Cálos! ¡Calay!,
mientras él resorreía de gozo.

Cocillaba el día, las tovas agilimosas
giroscopaban y barrenaban en el larde.
Todos debirables estaban los burgovos,
y silbramaban las alecas rastas.

Luego de que Alicia leyera la versión inglesa no pudo disimular que no entendió nada [como ustedes, ahora]. Sin embargo, se ha entendido de este poema más de lo que quizás habría esperado el propio Carroll. Carroll explicó algunos de los términos del poema original, y pueden consultarlos aquí [e incluso ver otras traducciones].
El sentido que adquirió el sinsentido de estas estrofas llegó a ser muy popular y no sólo en la cultura inglesa, ya que fue traducido en muchísimas lenguas y hasta en idioma Klingon [sí, sí, los de Star Trek]. El poema fue y es fuente de inspiración para distintas obras artísticas, y sin ir más lejos, es la línea central del argumento de la actual versión de Alice in Wonderland, de Tim Burton .
Y retrocediendo unos años encontramos que uno de los genios del grupo Monty Python [especialistas del absurdo, tema que tratamos aquí], el director Terry Gilliam, hizo su propia versión en un film titulado como el poema: Jabberwocky.
También tuvo su interpretación visual a través de dibujante de los libros de Carroll [aunque Gaby me chusmeó que Carroll odiaba los dibujos de este buen hombre].


Ilustración del Jabberwocky, por John Tenniel.

02 marzo 2010

La covacha recomienda: Alfred Hitchcock

Mi primera aproximación a Alfred fue en mi adolescencia: una profesora de literatura nos propuso escribir un cuento de suspenso, y para ejemplificar, nos hizo ver en el colegio una película de Hitchcock y, ‘Los 39 escalones’ (Londres, 1935), fue la elegida. Gracias a esa profesora, pude conocer a uno de los directores de cine más importantes de la historia. Ahora los invito a hacer un recorrido por su filmografía.

Si bien la primera película en la que participó fue ‘Numero 13’ (Inglaterra, 1922), su primer Film completamente acabado fue ‘el jardín de la alegría’ (Múnich, 1925), pero tiempo después dirigiría la primer película de cine sonoro de Inglaterra, ‘La muchacha de Londres’ (Inglaterra, 1929).
Diez años más tarde, visitaría con su familia los EEUU, y conocería al productor de la aclamada ‘Lo que el viento se llevó’, David Oliver Selznick, quien lo contrataría, motivo por el cual se instala definitivamente en Norteamérica.
La primera película que rueda bajo la producción de David Oliver Selznick, es la adaptación de la novela ‘Rebeca’ (1940). Dicho film obtendría 11 nominaciones al Oscar.
A ésta le seguiría ‘Foreign Correspondent’, para luego dirigir durante las siguientes tres décadas películas para Hollywood, a razón de una película por año, procurándose una aparición en cada una, sin diálogo, pero reservándose un cameo.
Algunas de las películas que siguieron fueron ‘sospecha’ (1941) y ‘la soga’ (1948), [ésta película, al igual que ‘los 39 escalones’ me parece genial], entre otras.
En 1946 crea su propia productora: Transatlantic Pictures, junto con Sidney Berstein, con quien dirige la legendaria ‘Recuerda’, film en el que participa Salvador Dalí, quien diseña y elabora los decorados de la escena del sueño. En 1954, dirige ‘La ventana Indiscreta’ con Grace Kelly, quien se convertiría en su nueva musa. [Otra película que me parece simplemente genial].
En 1960, llegaría Psicosis, con el famoso asesinato en la ducha. En 1963, ‘Los pájaros’, en 1968, año en el que recibe un Oscar Honorífico por su trayectoria, filma ‘Frenesí’ en dónde se evidencia un intento por cambiar el estilo. Su último film original fue ‘La trama’ (1976), pero lo último que dirigió fue la Remake de ’Los 39 escalones’ (1978). Finalmente muere en 1980, en su casa de Los Ángeles.
Lo que me gusta de las películas de éste director, es la manera en que utiliza el sonido; cómo la música acompaña cada escena y hasta le otorga una cuota mas de suspenso a la trama. Uno puede anticiparse e imaginar, por la intensidad de los sonidos, que clase de escena se aproxima.
Para quienes no conozcan la filmografía de Alfred, los invito a que se adentren, porque entre otras cosas, la primera película filmada en tiempo real fue ‘La Soga’ [muy parecida a lo que hoy en día se llama ‘Dogma’, son películas filmadas con una sola cámara, y con ningún o muy pocos cortes]. Película en la que dejaba una cámara inmóvil, con tomas ininterrumpidas de 10 minutos, en las que los personajes entran y salen de delante de cámara, dando una sensación de Teatro, ya que son los actores los que entran y salen de la escena.
Espero que descubran a éste genio del Cine de suspenso, y si ya lo conocen, que se hagan adictos. Después vengan, y cuenten.