20 septiembre 2009

La mirada que atraviesa y transforma

Quizá pueda pensarse que las estilizaciones (tal es la palabra que uso para definir a esas "miradas propias" que transforman el mundo) son prerrogativas del arte del siglo XX, a partir de las vanguardias de la primera década, esos artistas "raros", como Picasso, Kandinsky, Chagall que comenzaron a deformar las imágenes a tal punto de hacerlas irreconocibles y feúchas.

Creo que de nuevo tenemos que lidiar con algunas de esas orejeras que nos ha impuesto la concepción de arte burguesa, que define a lo bello como aquello que más se acerca al mundo de las apariencias (la realidad, podríamos decir, pero si nos ponemos a pensar qué es la realidad, bueno, no terminamos más). Otro de los problemas con los que debemos lidiar, y no deja de sumarse al anterior es la de concebir la representación más lograda, la más avanzada, como aquello que se acerca al mundo de las apariencias. De tal modo que se establecería una graduación jerárquica, que va desde el dibujo con crayones de un niño tirado en el suelo de su habitación hasta las esculturas (1) pintadas en el techo de la Capilla Sixtina, como la máxima obra de arte por su acercamiento al mundo de las apariencias. Según esta forma de pensar, todo dibujo podría calificarse dentro de una escala del 1 (dibujito con crayones que solo una madre conserva) al 10 (Capilla Sixtina, la más grande obra del arte universal).

Me gusta ver las cosas de otra manera. Si algo nos ha dado la posmodernidad es la capacidad de ver las obras de arte desde otros muchos lugares, aceptar nuevas perspectivas, retomar las olvidadas, buscar nuevos aportes a las formas de concebir el arte. Diseño gráfico, ilustraciones, historietas, esculturas con basura, pinturas efímeras, las ya famosas instalaciones, esas controvertidas formas de expresión que uno ve por todos lados, que ya casi son parte del establishment del arte. "Todo es arte" es para mí, un horrible cliché, quizá la mejor expresión (corroborada por Marcel Duchamp y su Mingitorio, a principio del siglo XX, lo que nos devuelve a las vanguardias, oh sorpresa) es que cualquier mirada puede transformar cualquier objeto en arte. Pero sin esa mirada, un mingitorio sigue siendo un mingitorio. Volviendo a mi post anterior, podríamos decir que una de las formas de entender algo como arte puede darse cuando la mirada simbólica (en tanto metáfora: el mingitorio es algo más que un mingitorio) lo ha atravesado. ¿En qué consiste ese atravesar? Analicemos algunos ejemplos:


Es una pena que exista en la mente de muchos esa calificación de la que hablaba antes: lo primitivo como lo más atrasado en la escala pictórica. Gracias a la mirada de Picasso y sus secuaces, el arte primitivo, ahora se nos presenta moderno. No sabemos quiénes fueron los artistas de la Cueva de las Manos, jamás sabremos qué pensaban, cuáles eran sus modos de expresión o sus ideas sobre la humanidad. Pero nos han dejado estas marcas sobre la piedra. La mirada que dejaron estos artistas es increíblemente simple, alejada de cualquier artificio. Manos, muchas manos, animales que cazar y hombres rojos, fue de esta manera que la mirada de estos hombres atravesó el mundo que los rodeaba.


Pinturas de la Fase Tardía (1400 a. C.-1000 d. C. del Complejo Arqueológico Alto Río Pinturas, Patagonia argentina)

Antes de los grandes artistas del Renacimiento, hubo una serie de maestros que fueron sentando las pautas para  la revolución de Miguel Ángel, Leonardo y Rafael. Menos conocidos que estos grandes de la pintura, están Giotto, Cimabue y Fra Angélico (y varios más). Fra Angélico, en particular, tiene una mirada muy hermosa que atraviesa las figuras que él realiza. No por nada, Fray Juan de Fiésole consiguió el apodo de Fra Angélico. Los rostros de sus figuras tienen un alma muy especial, una paz y una belleza que pocas veces será vista en los renacentistas. Aquí subí La Anunciación de Fra Angélico. Nada de lo que sucede en el cuadro hace referencia a una seca y arenosa aldea de Belén en donde se hace la anunciación. Tenemos un techo muy arquitectónico y muy azul, con estrellitas doradas, tenemos un jardín casi florentino (que recuerda un poco a los de Boticceli) y una pareja que se lamenta en él. Y el detalle más increíble: ese rayo que está a punto de  atravesar a la Virgen María en el momento de la anunciación.



  Fra Angelico, La anunciación, (1430-1432) temple sobre tabla, hay varias versiones de este mismo cuadro, una de ellas, más despojada de los fastos italianos, aunque mantiene el jardín.


Paul Gauguin es famoso por varias cosas. Una de ellas, la más chismosa, es por haber sido el destinatario de la oreja de van Gogh. Otra de las razones de su fama, es la de ser un gran colorista, lo que quiere decir esto es que sus colores son difíciles de alcanzar y que la manera en que relaciona los colores entre sí es soberbia. A diferencia de su amigo Vincent, los colores de Gauguin son muy amables a la vista, ofrecen una visión muy armoniosa, fácil de observar. Lo que no resulta fácil, en cambio, son sus imágenes, especialmente sus mujeres y la isla de Tahití. Es bien sabido que Paul Gauguin emigró a la isla de Tahití y allí pinto la mayor parte de su obra y las más famosas. En este cuadro vemos muchas cosas: dos mujeres, una mesa, frutas, el paisaje de la isla, piedras, un ídolo de piedra (es esa figura negra del fondo). Pero todo es extraño. La mirada de Paul Gauguin es la exótica, la que nos quiere transmitir el exotismo de estas personas, y nos aleja de todo posible encuentro con aquello que podamos reconocer. Bastante alejado de Fra Angélico, que sin duda, está tratando de llevar la anunciación al lenguaje de Italia del siglo XV.



  Paul Gauguin, Su nombre era Vairaumati, 1892.

Para terminar con las miradas que atraviesan y transforman traje una pintura de Frida Kahlo. Es difícil escapar al marketing de Frida Kahlo y valorar apreciar a la artista. Una de las formas de vaciar su obra del dolor que la atraviesa, es la de mostrar un detalle: el de su rostro. En la serie de pinturas el rostro de Frida apenas cambia, todos sabemos bien de su ceja, de su cabello negro y sus ojos melancólicos. Lo diferente de cada cuadro es el cuerpo. Los ojos de Frida Kahlo atraviesan su propio cuerpo y lo convierten en arte. Un cuerpo verdaderamente atravesado (tenía una vara de hierro en la columna) y que le provocaba los dolores más intensos. Frida nos obliga a enfrentarnos a su dolor, a atravesar con nuestros propios ojos su cuerpo para poder ver qué le ocurre, dónde están sus penas y al mismo tiempo, enviarnos a nosotros hacia nuestro propio dolor interno.



Frida Kahlo, La columna rota, 1944.

¿Qué ocurre cuando la mirada de un artista nos atraviesa a nosotros? ¿Qué nos pasa cuando vemos el dolor de Frida Kahlo, el exotismo de Gauguin o la espiritualidad de Fra Angélico? ¿Qué ocurre con esas transformaciones, de qué manera nos interpelan? ¿De qué manera las deformaciones, las estilizaciones, los cambios deliberados, las transformaciones de la realidad influyen en nosotros en tanto partícipes de ese acto de comunicación que es la obra de arte? No es casual que los artistas más resistidos, son aquellos que más transforman la realidad, aquellos cuya mirada atraviesa (retuerce, separa, analiza, divide, pinta de colores distintos, deforma, sintetiza, y miles de etc. más). La mirada del otro (el artista) nos  remite a nuestra mirada (el espectador), nos obliga a pensar en nuestra propia mirada, a preguntarnos cómo atravesamos con nuestras ideas a los otros, al mundo y a nosotros mismos.



(1) No me equivoqué, las de la Capilla Sixtina son tan perfectas que se asemejan a esculturas pintadas.

26 comentarios:

Cecil dijo...

priiiiiiiiiii

Cecil dijo...

ahora vuelvo y leo, todavía estoy tesis mode ON

=P

Gaby Cuenteando dijo...

Volve a convalidar tu pri porque si no, no vale, eh!

maldita modo ON =P

Gaby Cuenteando dijo...

Volvé, te lo digo con énfasis... estamos empezando a desvirtuar a La Covacha :(

Lolita y El Profesor dijo...

¡Ay, no!
Los que opinan que las imágenes de Kandinsky, Chagall y Picasso son "feuchas", lo único que saben es de ir al Patio de Olmos de shopping. No jodamos.
Ahí tenemos a Picasso, por ejemplo, que en sus imágenes "deformadas" muestra tres dimensiones, como si quien mira la figura se ubicara en tres puntos panorámicos.
Pero bueno, ¿qué remedio?
Sus notas, esclarecedoras, querida.
Con todo respeto, ¿eh?

El Profesor

Sweet carolain dijo...

Pliiiiiiii

excelente post, como siempre. Muy claro y preciso.
A mí, como ya te dije en alguna oportunidad me gusta mucho dalí, me gusta la manera en que presenta todo, me parece que si de algun modo podría representarse el sueño, sería ese. Todo esta muy bien condensado.

tambien me gusta mucho Frida, sobretodo por su historia de vida.

beshosh oh, gaby!

Y feliz primavera!

Julia dijo...

Estimadísima co-equiper y amiga personal, su post es una maravisha, pero permítame deberle el comentario que merece para más tarde, si es tan amable.

Besos

Luis Videla dijo...

¡Ah!
Estuvimos en México con La Bobe y los hijos y los nietos, y pude ver las pinturas de Frida.
Y también pudimos ir a Paris (después de mucho tiempo), ciudad de la cual vinimos acá, y vimos muchos cuadros.
Me gusta la pintura y ahora, después de leer esto, entiendo más.

Motek

Sil dijo...

Como buena estudiante de Filosofia que fui alguna vez antes de ser Teacher,debo decir que me quedo con la idea Kantiana " Bello es aquello que nos agrada desinteresadamente"
Saludos!!!

Cecil dijo...

Yo creo [?] que los que aquellos que transforman el mundo y lo "muestran" desde sus particulares visiones le joden la vida a mucho sector medio pelo que cree que el arte es necesariamente representación de lo real [como si supieran qué es lo real, por el amor de buddha]. joden porque 'desinstalan' y porque no entienden la finalidad sin fin del arte. Lo mismo pasa con la literatura [pobrecita, no dejaba la tesis ni para comentar]

Frida y su obra me fascinan. La idea de haber sido literalmente desvirgada por el poste es tan atroz que ni siquiera puedo intuir el horror.

Muy buen post!!!

besos

Gaby Cuenteando dijo...

Profesor: Es así, es así, es una pena que se haya estropeado tanto el ojo para lo que son las deformaciones intencionadas de los artistas. Picasso fue uno de los que retomó las ideas de las culturas más antiguas o de las africanas, eso de volver a la sencillez de las formas.

Muchas gracias por pasar, profesor!

Gaby Cuenteando dijo...

Caro: justo nombrás a un maestro de las deformaciones. Si uno mira algunos cuadros de Dalí, ¡mon Dieu! la precisión en el dibujo es extraordinaria, quizá Dalí fuese uno de los mejores dibujantes de todos los artistas conocidos. Y sin embargo, hace deformaciones, estilizaciones en sus cuadros, buscando, evidentemente, la metáfora a través de la pintura.

La historia de Frida realmente fue terrible, pero nos dejó su arte, al menos, nos dejó eso.

Un beso!

Gaby Cuenteando dijo...

Hola Motek: estuve leyendo su blog, apasionante (y terriblemente triste) todo lo que cuenta allí, lo admiro por tener el valor de relatar su dolor. Usted ha tenido una suerte que yo no: pudo ver obras de Frida Kahlo en persona, qué maravillosas deben ser, tan vibrantes, tan llenas de vida.

¡Le mando un gran abrazo, Motek! Gracias por visitar La covacha.

Gaby Cuenteando dijo...

Julia: no crea que me olvidé de ud. Espero que se acuerde de pasar por acá ¬¬.

Gaby Cuenteando dijo...

Sil: oh, gracias por hacerme notar que debería leer más filosofía. El señor Kant siempre tiene algo para aportar, estos filosofos famosos, che ;).

Saludos!

Gaby Cuenteando dijo...

Cecil: totalmente de acuerdo, es así, se dio una recetita sobre qué era el arte, una especie de orejeras y a partir de ahí, paf, nada que se aleje de la recetita es aceptado. También hay que tener en cuenta, que cuando más emoción (más carne, podríamos decir) ponga el artista, más resistido va a ser, porque nos enfrenta a nuestras propias desgracias.

Uff, ese detalle no lo sabía de la pobre Frida. Qué vida horrible, no hay derecho :(. Por suerte, pudo hacer algo con su dolor.

Un beso!

Julia dijo...

Me parece que para mucha gente que no sabe disfrutar del arte que no represente algo real, que tiene inculcada la idea burguesa, es más fácil tachar de ridículo, feucho, o ponerse en la posición "bah, si eso es arte, yo soy fulano", o en el simple y llano "no entiendo" poruqe no conciben el arte sin el fin, y pasar la mirada de largo. Es mucho más cómodo. Y sólo dije que es gente que no sabe disfrutar. No hablo de conocer o saber de arte. Si tal vez éstas personas hicieran el simple ejercicio de mirar atravesando la obra y buscar que sensación le provoca, dejarían de lado esos planteos y disfrutaría de la posibilidad de dejarse llevar y sentir, sin tanto protocolo.

Me gusta mucho la obra del amigo de Vicent. La de Frida Khalo también. La del Fray no la conocía.

Julia dijo...

Ahora respondeme a mi =P

Julia dijo...

Yo tampoco me olvidé, andaba comentando mientras usted respondía =)

Gaby Cuenteando dijo...

Acá te respondo Shuli!! No, claro, no hay que "saber" de arte para poder disfrutarlo, las obras te emocionan o no, eso tienen de maravillosas. El tema es que hay que diferenciar aquello que te emociona o no de aquello que uno desprecia por no entender. Esto último, para mí, es una pedantería burguesa.

Te gustó Fra Angélico? A mí me fascina, tanto como el Giotto, otro genio de la pintura pre renacentista.

Obvio que amamos a Vincent!

Un beso!

Gaby Cuenteando dijo...

Oh, chateo en La Covacha!

Julia dijo...

Ah, si, Giotto también me gustó mucho.
Claro que es pedante. Pero porque no se toma la molestia de ver con otros ojos, porque son cerrados de cabeza. Que se le va a hacer.
Adhiero que la expresión "todo es arte" es un cliché horripilante. Me hace acordar a una discusión que tuve en un bar con un señor de muchos tatuajes sobre el arte de sus tatuajes. Me llevo anotada la frase cualquier mirada puede transformar cualquier objeto en arte, para cuando la necesite. Me encantó.

Magnífico post, btw.

Julia dijo...

Aclaro, lo de pedante no lo decía por Giotto jajaja. Si no por los que niegan el arte por no comprenderlo.

Gaby Cuenteando dijo...

Jajaja, pobre Giotto... se entendió, se entendió XD!

En una época había en Utilísima un programa que se llamba "Todo es arte". Siempre me llamó la atención esa frase, porque si todo es arte, las pinturitas sobre madera que hago para decorar mi hogar equivalen a la Mona Lisa. Y no es cierto. Mis pinturitas son muy lindas para decorar mi hogar, pero no hablan sobre la humanidad, ni transmiten emociones ni nada por el estilo. Son lindas, punto.

No todo es arte, pero sí todos podemos hacerlo, en tanto podamos aprehender lo que implica ser artista.

Francisca dijo...

de ahí a pasar por el fundamento de la estética... no me gusta clasificar de tal o cual forma la obra de arte, es bueno referenciarla, pero creo que va por el lado del observador, de quien recibe la obra, y como la ve.
De pronto una señal, un reflejo de época es mejor que algo tan "perfecto", o un tilde sensible, es exquisito.
Saludos!!!
Los invito a escuchar el cuarto capítulo del podcast de los blogs :D
http://www.podcaster.cl/2009/09/larga-vida-al-blog-4/

Anónimo dijo...

Frida ...expone en sus pinturas ,todo el dolor que sentia al haber quedado postrada en una cama y alli pudo transformarlo en oportunidad para toda su vida ..y luego sus pinturas
van llenandose de color por su amor a la naturaleza y animales......pero siempre haciendo referencia a las etapas y momentos vividos..